Esclava en océano de iguales
sofocada
lenta su respiración en esta hora imprecisa
mi gaviota ha sido herida
una flecha absurda
le llenó los ojos y el corazón de bruma
alguien dijo su nombre tres veces
(un niño de boca risueña)
con el mar en el pecho
no es posible sobrevivir al deseo de la carne
-cómo habrá sido su día ayer-
mi gaviota escribe en los harapos del camino
ve la tierra ensangrentada
y no sufre
mira puertas cerradas para siempre
y no entiende
se olvida de los surcos repletos de sueños
(para ella son semillas exquisitas)
No responde
herida como está espera
nuevas fuerzas
para no volar a tientas.
® Cecilia Ortiz
Libro secreto
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