lunes, 21 de marzo de 2011

Días sin brújula




Son ojos de niños que no conocen fronteras
y guardan sueños debajo de la almohada.
Son lágrimas surcando el alfabeto olvidado
-ilusiones perdidas en el sudor del cuerpo-

Es el delirio de los hombres
que regresa
en ráfagas de guerra disfrazada de cordero
embistiendo rondas de niños
como un lobo salta sobre su víctima.
Los ojos de niños
lloran junto al páramo extenso
frente a un muro habitado por fantasmas
detrás de figuras en silencio.

¿Quién puede hacerse poeta
ignorando los solitarios niños
caminantes al borde de la vida. ?
-La que evade códigos y levanta los brazos excusándose-
Los ojos de niños no comprenden
qué tienen dentro de la piel algunos hombres
cuando hablan el lenguaje necio de las armas
y tapizan de ruinas los poblados.
Los niños
dejan piedras blancas en el sendero.
Será inevitable.
Regresarán
tal vez (lanzando fuego)
revestidos de uniformes consagrados.
Otros
serán los ojos con lágrimas.
Otra
la inocencia y soledad predestinada.
Hay un desvarío en la sangre
en las caras sin respuesta
en la luz sin sombra,
en los espejos que no reflejan.
Cientos de voces continuas
reclaman a millones de oídos que no oyen.

Los días sin brújula desfilan vestidos de arena.



® Cecilia Ortiz- (Confesiones/ formas de mi sangre)

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