Siempre
duele en la memoria
o estalla en una soledad.
Mis
manos se hacen pez
y soy con ellas la navegante
la que atraviesa tinieblas
la
que habita
el fuego de la palabra.
Mis
manos se hacen pez
(acepto el desafío)
cincelo
la corriente
y emerjo desde el río
(me falta líquido)
Ya sus aguas dejaron de creer.
Mis
manos se hacen pez
sólo por ver arder el silencio.
Nadie
hermana llagas
y los huesos -mi esqueleto-
están cansados
de tanto dolor
en la memoria de todos.
De:
Alejanías- Homenaje a Alejandra Pizarnik
Ediciones
El Mono Armado- Mayo 2019
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