El paisaje
se abre por dentro de mis ojos
que
no
encuentran palabras
para ofrecerle a la boca.
El paisaje
me invade con lentitud
conoce
mi sangre
convoca
la presencia de mis silencios
convierte
el asombro - lo hace transparente-
Me libera de enojos
de ausencias
desordena sin prisa.
Mi boca
-poco sabe-
de
revelaciones invisibles
de luciérnagas en la mañana
de
adagios al caer la tarde.
El paisaje me hace palabra
(revela historias de amor y otras)
y
hablo
con
una voz sin fin.
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