Si en mi ciudad nadie mira
ni acude a la memoria
o
sueña con torres conquistadas
respira el perfume de la noche
golpea en cerradas ventanas
pregunta el nombre
-el conocido nombre de las flores-
es que un desierto color fuego
devoró las siluetas y los cantos.
Es que los hombres descuidaron
el idioma que nutre la carne
y sublima la voz de los amantes.
Si en mi ciudad olvidan amar
y junto al río quedan herrumbrados cerrojos
no habrá puertas, ni plazas, ni escenarios.
La gente caminará sin veladas sombras
y
las casas quedarán sin voces.
© Cecilia Ortiz - Olivos- Buenos Aires- Argentina
Imagen Google
ni acude a la memoria
o
sueña con torres conquistadas
respira el perfume de la noche
golpea en cerradas ventanas
pregunta el nombre
-el conocido nombre de las flores-
es que un desierto color fuego
devoró las siluetas y los cantos.
Es que los hombres descuidaron
el idioma que nutre la carne
y sublima la voz de los amantes.
Si en mi ciudad olvidan amar
y junto al río quedan herrumbrados cerrojos
no habrá puertas, ni plazas, ni escenarios.
La gente caminará sin veladas sombras
y
las casas quedarán sin voces.
© Cecilia Ortiz - Olivos- Buenos Aires- Argentina
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